Alfarera María Yañez: “lo que a mi más me llena es el trabajo de técnicas diaguitas”
(13 julio 2023) La alfarería es sin lugar a dudas una actividad artesanal milenaria que ha sido parte importante de la cultura del planeta. A lo largo de la historia de la humanidad, las y los alfareros han utilizado técnicas ancestrales y han creado una amplia variedad de objetos de diversas arcillas, desde utensilios domésticos hasta piezas decorativas y religiosas.
La alfarería en Chile y en América tiene sus raíces en aquellas culturas precolombinas que habitaban el territorio antes de la llegada de los conquistadores europeos. Pueblos tales como mapuches, diaguitas, atacameños y changos, entre otros, desarrollaron multiples técnicas de alfarería de estilo único, utilizando arcillas locales y métodos de cocción particulares.
El programa Oh! Citoyens, de Radio Universidad de Chile, 102.5 FM, con la colaboración de Radio UACh, 90.1 FM, de Valdivia, ejecuta su proyecto: “Conexión Patrimonial: sonidos de geografía humana”, segunda temporada, cuenta con el apoyo del Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, ámbito regional de financiamiento, convocatoria 2023. La invitada para el décimo primer capítulo, fue la alfarera María del Pilar Yañez, del Valle del Elqui.
Por estos días, la alfarería en Chile se mantiene viva gracias al trabajo de numerosos artesanos y alfareras que continúan ejecutando técnicas tradicionales. Además, sobre los objetos utilitarios, la alfarería en Chile ha ampliado su enfoque hacia la creación de piezas decorativas y esculturas de arcilla que se exhiben en museos y galerías de arte.
“Culturalmente, es un oficio milenario que nos ha acompañado desde los incios de la civilización”, señala la artesana, ya que se necesitan destrezas en el moldeamiento de piezas, cocción y uso del fuego.
Respecto de la cultura precolombina, la ceramista nortina relata que trabaja la replica de piezas originales diaguitas con influencias incas del período tardío, “pero lo que a mi más me llena es el trabajo de técnicas diaguitas, sin otras influencias españolas”, agrega.
Hacia los cerros se encuentra el diverso material de barros, pero también en la zona costera de La Serena, “se elige y se prueba, y aquella que está media traquelada, partida, que es típica, se prueba con agua y se hace un ‘lulito’, si se quiebra no sirve”, narra la señora María.
Frente a la producción industrializada en serie, la alfarera dice que, “nosotros como artesanos poco podemos hacer”, y hace un llamado a las autoridades locales en el sentido de enseñar este oficio a las nuevas generaciones escolares, “que en las escuelas se pudieran hacer talleres (…) creo que no se ha hecho lo suficiente”, porque no se puede competir con la industria artesanal. “si quiere el país conservar su patrimonio tiene que ponerle alguna ayudita de los fondos estatales, no queda otra”, expresa con preocupación.
Se le llama alfarería – según la entrevistada – a aquellos utensilios domésticos tradicionales con arcilla, a diferencia de aquella técnica denominada ‘cerámica’ moderna donde se agregan otros aditivos como esmaltes y usos de hornos en productos ‘enlozados’.
A diferencia con la alfarería Quinchamalí o Pomaire, la diferencia, por ejemplo, en el caso de Pomaire, “casi todo es torno y moldes (…) en el caso de nuestro trabajo es todo a mano”, y en la zona de Quinchamalí, “es una técnica de quemado” para darle el color oscuro de sus productos.
Los productos han ido modificándose en el tiempo, por tanto “lo popular vendría siendo una herencia de los españoles (…) lo tradicional es lo que hemos heredado de las culturas precolombinas, se usaban para inciensos, rituales o para guardar semillas”, es original de la zona, explica.
“Entré a este mundo por fortuna, lo aprendí de un maestro ceramista de la zona central y él lo traspasó a varias personas, y yo fui una de ellas”, dice. Por ello, María del Pilar Yañez cree que a pesar de que han existido intentos en el espacio educativo, “se hacen más actividades de educación y extensión en los museos”.
“La técnica de los antiguos era con todo hecho a mano”, a diferencia del uso actual de moldes para replicas, y que varían según los artesanos y artesanas que trabajan primero la cocción de los productos en los hornos y luego se pintan, o también se trabajan en algunos territorios al revés, según el relato de la creadora de este oficio patrimonial, desde la región de Coquimbo.
Ver la entrevista completa a través del canal YouTube:
https://www.youtube.com/live/1SUe465LUiY?feature=share