Lawentuchefe Isabel: “al sistema biomédico se le ha escapado la salud de las personas”
(10 agosto 2023) Podemos afirmar que la medicina tradicional – a diferencia de la medicina científica – surge mucho antes del colonialismo y el eurocentrismo, es un oficio ancestral formado en comunidades indígenas para mantener su bienestar propio. Son esencialmente botánicos y tiene una relación directa con el habitat que los rodea, aprenden y delegan sus prácticas, lo que produce que el legado se traspase de generación en generación.
Su labor llegó a diferentes rincones de Europa, lo que produjo un reconocimiento de las hierbas americanas, pero no del hierbatero o hierbatera debido a la imposición oficial del proceso etnocentrista y eurocentrista. Este oficio es adquirido gracias a las practicas domésticas realizadas por mujeres, las que no solamente cocinaban con hierbas sino que buscaban formas de sanar y de sociabilizar entre ellas.
El programa Oh! Citoyens se transmite por Radio Universidad de Chile, 102.5 FM, con el apoyo de Radio UACh, 90.1 FM de Valdivia, a través de su proyecto “Conexión Patrimonial: sonidos de geografía humana”, segunda temporada, y cuenta con el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, ámbito regional de financiamiento, convocatoria 2023. La invitada para el décimo quinto capítulo es Isabel Meza Quichel, lawentuchefe de Río Bueno, región de Los Ríos.
Este milenario oficio permite trabajar directamente con la medicina tradicional, por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la define como: “Las diversas formas de la medicina indígena. Terapias con medicación, en la que se usan hierbas, minerales, partes de animales y terapias sin medicación y que van desde la utilización de las manos, hasta las 21 terapias de tipo espirituales” (OMS, 2002).
Para la “ñaña” Isabel, quien trabaja como médica tradicional en el CESFAM de Río Bueno, reconoce que oficia en estrecha relación con el sistema biomédico, “desde nuestra visión como ñañas, como cultura mapuche en el territorio para la prevención” de enfermedades. Además, es “una tremenda responsabilidad de poder llevar esta medicina ancestral al territorio”.
El trabajo de las lawentuchefe consiste en aplicar una sanación a partir de un diagnóstico previo, el que es señalado mediante diversos exámenes de la machi o cuidadora, según sea declarado cada caso. Sin embargo, en otras latitudes del país, relata Isabel, la cosmovisión medicinal es muy similar y varía según sus propios espíritus y floración local.
Desde la tradición ancestral y patrimonial, Isabel hereda este honor de su familia, “yo recibo mi küpan de la mamá de mi mamá, ella era la lawentuchefe, ella ya partió a la wenumapu, está en su descanso”, agrega. Desde pequeña recibió los saberes de este oficio, mediante la observación y escucha atenta, tan valorado en la comunidades mapuche y que implica además un respeto no solo a la oficiante, sino que también a la cultura tradicional.
En el tratamiento con pacientes, según la experiencia de Isabel, “llegan desiquilibrados (…) nuestro espíritu se sale del cuerpo y se empiezan a enfermar nuestros órganos”, explica. Según, la oficiante mapuche, en esta sociedad tan convulsionada, “al sistema biomédico se le ha escapado la salud de las personas, porque se han olvidado que están atendiendo personas, que sienten, que quieren, que tienen emociones, que tienen problemas”, recalcó.
Respecto del aporte de las farmacias mapuches a la salud, Isabel plantea que estas no son ni buenas ni malas, y si ayudan a sanar a las personas, está bien. Lo importante para ella es que se ejerza el derecho ancestral al kume lawen (buen remedio) y el libre tránsito a sus prácticas indígenas.
La recolección de hierbas o plantas medicinales locales, según relata la médica tradicional, depende de las fechas, la posición de la luna, además de que esta lawentuchefe debe estar con su espíritu en equilibrio para atender adecuadamante a sus pacientes. Aunque, en algunos casos, debe acudir a herbolarios del norte u otras dependencias regionales.
Por ello, la relación intercultural con la medicina de otras latitudes o de la propia biomedicina científica, coexiste con la medicina tradicional mapuche. “Nadie tiene la verdad, esta se va construyendo en beneficio a las personas enfermas. Esta medicina es milenaria desde que el mundo es mundo”, acota.
Isabel Meza relata que las machis, ñañas y parteras fueron perseguidas historicamente porque eran consideradas “brujas”, aunque en la actualidad – según Isabel – la fuerza y el espíritu cultural mapuche ha persistido y las nuevas generaciones ya no temen como en el pasado.
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