Valenzuela, el Talabartero que sigue porfiadamente con su Oficio Patrimonial
(31 agosto 2023) Se aproxima un nuevo cumpleaños de la patria y a la ciudadanía les sigue llamando la atención ver la indumentaria huasa con elementos hechos de cuero, los tradicionales aperos, las monturas y riendas de los caballos, entre otras creaciones trabajadas en curtiembre. Pero ¿Sabemos quienes elaboran estas artesanías patrimoniales?
El arte de la talabartería existe desde tiempos inmemoriales cuando el hombre se valía del cuero para su vestuario y protección, pero luego observó en este el proceso de curtido ciertas transformaciones que complementaron su vestimenta, calzado y otros accesorios relacionados con los animales domésticos.
Este oficio data del encuentro entre árabes e hispanos en el período de andaluz, y que generó en su mestizaje la cultura española. Los primeros conquistadores en Ámerica traían a sus guarnicioneros y ya en la Colonia, los españoles trajeron este oficio que fue parte de la cultura hacendal chilena.
El programa Oh! Citoyens se transmite por Radio Universidad de Chile, 102.5 FM, a través de su proyecto “Conexión Patrimonial: sonidos de geografía humana”, segunda temporada, y cuenta con el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, ámbito regional de financiamiento, convocatoria 2023. El invitado para el décimo octavo capítulo es Francisco Valenzuela, talabartero oriundo de Quillota.
“Vengo de una familia muy humilde, de campo, somos todos huasos, y en la casa no había dinero para comprar nuestros aperos, y mi abuelo me dijo: ‘si usted quiere tener algo, hágalo’, lo que nos obligó a hacer nuestras propias indumentarias y aperos para los animales”, explicó.
El artesano en talabartería se decica al atalaje del animal de tiro y que consta de un collerón, pechera, tirantes, sillín, lomera y riendas, fabricadas con cueros de diversos animales, tales como vacuno, chivito,
El proceso de trabajo del talabartero para llegar a la fabricación de las indumentarias del caballo y del jinete, consiste en extraer el cuero del animal, secarlo, salarlo, sacarle el pelo, pero que en la actualidad “hay ciertos talabarteros, pero muy pocos en Chile que hacen el proceso artesanal, pero la mayoría va a las suelerías y compra el cuero curtido, la suela bayo, la suela lumbre, la suela engrasada”, comentó Francisco.
Más adelante Valenzuela explica la materialidad con la que trabaja, y señala que existe el cuero y la suela, pero que la suela es derivada del cuero a través de un proceso químico para su pigmentación y grosor, y el cuero sin proceso alguno se denomina piel o cuero con piel, detalla el artesano de Quillota.
Los tipos de cueros de animales que se utilizan para fabricar los pellones de la montura, son mayoritariamente de cuero de oveja en color negro o blanco, del carpincho para quienes tienen mejor poder adquisitivo y antiguamente, explica Valenzuela, se usó el cuero de ciervo. Sin embargo, las monturas de rodeo (copa o corralera) varían de aquellas de los arrieros, ya que estos últimos deben cabalgar largas extensiones de terreno y usan la piel de ovejas.
Para fabricar los diversas indumentarias huasas, especialmente para los “tientos” de los lazos y monturas, se utiliza cuero de chivo, y el cuero del vacuno para crear las “jaquimas” y “corriones” del caballo.
La diferencia entre una silla de montar inglesa o alemana, y la montura huasa, tiene que ver con la postura del jinete, ya que las europeas tienen el asiento más alto para la maniobrabilidad en el juego del polo o salto ecuestre, acota Francisco.
“Este es un oficio que se ha ido perdiendo con el tiempo y muy pocos se van dedicando a este oficio patrimonial. A uno tiene que gustarle ser talabartero y nacer con este talento”, señaló. Según Valenzuela, la industrialización y los grupos animalistas que luchan para erradicar el rodeo han mermado mucho el trabajo de los artesanos talabarteros.
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